El niño aprende cosas del entorno a través de las actividades, la exploración y la manipulación constante. Los niños aprenden gradualmente sobre la permanencia de los objetos, es decir, de la continuidad de la existencia de los objetos que no ven.
La edad preescolar se considera una etapa de cambios rápidos y sucesivos, mediante los cuales el niño va adquiriendo todas las habilidades corporales y los comportamientos que le van a servir para vivir e integrarlo a la sociedad. Se puede decir que desde pequeño, aprende a comportarse en tal forma que puede vivir en armonía con los demás.
Son dos
factores los que influyen en el proceso de aprendizaje; la herencia y el
ambiente, del cual el primero abarca el desarrollo de las características
físicas que después van a ser la base del desarrollo de todas las actividades y
comportamientos de la persona. Y es entonces el ambiente, donde aprende y se
desarrolla el niño, el que permite que las tendencias hereditarias se manifiesten.
Lo anterior
es respaldado por otro teórico. El Señor Vigotsky que nos dice
que los procesos de aprendizaje están condicionados por la cultura en la
que nacemos y desarrollamos y por la sociedad en la que estamos.
Frederick Moffet, dice en su libro
titulado como aprende un niño, "un niño aprende poniendo a prueba sus
habilidades, los hábitos y actitudes de los que lo rodean, y su propio
mundo. Un niño aprende más por el método de prueba y error, por medio del
placer antes que del dolor, a través de la experiencia antes que de la
sugerencia, y por la sugerencia antes que por la orientación. Aprende también
por medio del afecto, del amor, de la paciencia, de la comprensión de la
posibilidad de hacer y ser".
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